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17/5/11

Recuento de dos años necesitando a Mario Benedetti: Parte de Novedades del 17 de mayo de un tal 2011

Parte de Novedades del 17 de mayo de un tal 2011:

El día es como cualquier otro para los otros
y cada vez más, los otros quieren dominar al mundo
y los otros siguen siendo minoría
pero las mayorías siguen siendo de los otros
y que le digo, Mario,
es que no entendemos
y nos apendejamos
y seguimos escuchando las noticias…
y creemos que el mundo tiene algo que decirnos…
pero para mí no es un día de esos “otros”
en realidad amanecí con esa melancolía
que usted me sigue provocando
y me pongo a susurrar su poesía al oído de algún sordo
y mudo, con la garganta llena de coraje
trato de recordar sus ojos
el color de su cabello
y el número de cabellos grises de su bigote…
y entre sus versos todavía calientes
recién salidos del fuego
se me siguen saliendo las lágrimas…
¿Por qué se mueren los poetas?
¿Por qué se nos están muriendo tantos?
¿Por qué también se nos están muriendo las poetas?
¿Por qué se nos fue hace dos años, Mario?
¿Por qué se sigue desvaneciendo entre los desmemoriados, entre los que celebran sus letras en blanco desde poderes usurpados?
Hoy, los amigos que le juraron fidelidad eterna a sus versos sencillos,  sensatos, exactos, precisos y calientes  se han enfriado y se codean con algún poeta de moda y a usted lo han dejado empolvar en el librero de los libros viejos…
Yo, a usted Mario, no lo voy a olvidar
no lo voy a intentar
porque sus letras no se borran
sus páginas no se van a volver amarillas
y sus libros no van a pasar nunca del estante de arriba al de abajo…
Mayo nos alcanzó de nuevo, Don Mario
y se le extraña más que nunca
porque el mundo sigue necesitando de sus gritos,
de sus letrazos letales, de su ironía, de su Beneddetez…
Mario, hoy el cielo se ha vuelto a encapotar
quizá llueva, quizá no…
Pero el mundo sigue girando sin saber para qué gira,
los niños no conocen su poesía
y a los maestros de esos niños no les interesa quién es Mario Benedetti
y yo sé que por eso el mundo se va a pudrir muy pronto…
Ya sé, que no le importa, que por eso nos dejó
que este mundo ya no le da más comezón en el hemisferio izquierdo,
pero sus poemas inescritos, sus borradores intintos a mí me siguen
despedazando la sístole y la diástole…
Hoy es mayo, es diescisiete de mayo
el año procura ser un dosmil once indiferente
pero a mí, tonto, ingenuo, discípulo, seguidor, Santomésino, Padrenuestrolatinoamericanizado…
se me han salido las lágrimas
y me he juntado con Avellaneda a llorarle en la fuente de un parque solitario…
Avellaneda, por cierto, luce tan bien, tan morena, tan muerta, tan usted…
pero el parque luce triste, el triste luce parque y la fuente esta seca…
Quiero acordarme de su voz…
quiero memorizar las arrugas de sus mejillas
quiero dibujar su figura templada y segura

quiero recordarlo, quiero recordarlo, quiero recordarlo, quiero recordarlo, quiero recordarlo…
Parte de novedades:
Hace dos años murió un hombre de nombre Mario, de apellido Benedetti y de profesión poeta…
A este mundo, de profesión profeta del pasado, debería importarle.
A este escritor, de profesión anacoreta, le es imprescindible
gritarlo.
Andrés Castuera-Micher
17 de Mayo 2011

2/5/11

Cuando Tiembla mi mano izquierda en el paraíso (Poemario)

Cuando tiembla mi mano izquierda 
en el paraíso (poemario)


desierto

Hay tanto miedo, 
que es más quizá en cada instante,
en cada final...

es como saberlo y no aceptar que existes
que siempre has existido.

Nociones de certeza
venciendo temeroso
la dudosa realidad lejana…

... desiertos lejanos,
pero aquí y ahora,
tengo tanto miedo de este miedo.

Enfrento tu terror de dama lejana,
y quizá dibuje la niebla al esfumarse,
un camino
al esfumarse, 

cuando no sea ni miedo ni niebla….

Tanto miedo de que existas me da miedo,
que existas en este poblado desierto,
en este interior,
en este despoblado sentimiento.

Cada instante me sumerjo el miedo,
sí, para ahogarnos en tú sudor cansado
en mi sudor saciado
en nuestros sudores fundidos...
una tina de miedo sudado
me sumerjo, te sumerjo
hasta no temer más
hasta no ver el desierto que nos cubre.

Hay que tenerle miedo al miedo
y no bajar la guardia,
aunque el temor sea en el desierto...

...aunque ahora es mortal-moral,
inmortal temor a un amor cimentado en cuerpo
que siempre será un desierto….

cadenas

Muy a menudo aprietan las cadenas
cuando se mira el lado oscuro de la luna
cada vez que se quiere agarrar una nube de noche
y se quiere aunque uno tenga las manos llenas de neblina…

La ambición es tal, en esos casos de sueños ilícitos
en los supuestos en que se ama más allá
de lo escrito en legajos 
¿Cómo castigar a aquel
que se atreve a amar mientras desnuda
y es vuelto desnudo?
inofensivamente desnudo...

manos rígidas
vientre abierto
un sabor que sólo entre dos piernas de esa magnitud
puede probarse
un sabor que sabe a sueño prohibido

lo busca
lo explora
lo lame
lo ensaliva
lo derrama
lo vuelve a buscar
lo encuentra
lo provoca
lo encuentra: tan lejos y tan cerca...

y en al ascenso del paraíso pélvico
en el ir y venir de una lengua insurrecta
de pronto las cadenas....

¡Cómo pesan las cadenas
llenas de un peso encadenado a otro peso mayor
encadenado al peso de una miserable cobardía
de lunes por la tarde! 

Puedo en cambio arrastrarlas y desgarrar los labios prohibidos,
y llenar de sudor, saliva. néctar y semen la caida
y así duele menos
y así sabe mejor
y así la piel cae
sobre la piel caída

y entonces
las cadenas multiplican entre sí sus eslabones
con ese sabor a pecado en los labios entrebesados
tan incierta
tan incierto

es entonces cuando no bastan las certezas
que regamos sobre el colchón

no son suficientes las que humedecen la sábana

y las manecillas del reloj
tic-taquean de muerte aletargada.

Voy a romper tu cadena con el eslabón
más bajo de la mía
el que da a la altura de tu monte de Venus
y al mío
éste, que se ha entregado a la herejía de una cama de piedra
mirando mas allá de tus anillos, tus promesas tus cadenas...

y al final
un homenaje a la mentira verdadera.

eclipses

No me perteneces,
nunca has pertenecido a nadie,
no se puede pertenecer
a dios cuando se manifiesta en su verdadero cuerpo
el de mujer…

Sé que no me perteneces,
eres prohibida,
y no le perteneces tampoco a él
aunque le hipotecaste tu lealtad
tu cuerpo,
tu vientre
tus manos
tu boca
tus labios
tus labios
y tu sudor no están escriturados...

estas manos que te han recorrido completa
no pueden poseerte tampoco
porque te derramas y te vas entres los dedos
entre uno  y otro enfrentamiento
cuerpo a cuerpo
apostando el sudor y las lágrimas
sumando sales
restando vida

Concluyo inobjetablemente: 
No me perteneces.

Yo no quiero tatuarte mi nombre
más bien voy a lubricarte  los pechos
y a marcarte a punta de lengua viva
los contornos...

Soñando despierto
a nivel de cama
se sueña igual 
o casi igual
que si amaneciera cada noche contigo...

así no es como se sueñan estos sueños de dos:
es como se improvisa uno de tres
para soñar así,
nos bastamos al margen de un sueño que no es mío.

Quizá no me pertenece
tu voz
tu tiempo
tu aliento
tu aire
tu firma
tu lealtad
tu palabra
tu promesa
tus noches contínuas

pero tengo
dos secretos
treinta habitaciones
veinte gritos clandestinos
y mis deseo endosado a tus caderas...


y tu alma tan cerca del infierno

no me perteneces


No perteneces a nadie

A cambio, 
yo te pertenezco a ti
como se pertenecen una luna y un sol
en ese idilio una vez cada mil años…

pirámide de tiempo

Sólo un segundo
no puede ser más
un pecado de segundo y medio ya es otra cosa

pronuncio el nombre
porque el silencio mata

¿Por qué un momento no dura sino un momento?

Un solo segundo
el alma no tolera más
en esta frecuencia oculta,
no puede gritarte y callarte 

como asesina,
con un crimen que sella los labios
y el corazón 
no aprende aún cómo decirlo.

la brevedad del espacio
la inexistencia del reloj asesino
la baja frecuencia de los latidos del mundo
la inmensa mayoría de los sentidos en sincronía
tu cuerpo posado sobre mi cuerpo
inertes
muertos
cadáveres el uno sobre el otro
con la vida prestada

entre los labios  que no saben latir
y los que laten no obstante

callar palabras saturan mi boca
y por eso me acaricias
y me mueves
y te mueves
y revives el cadáver exhausto
una y otra vez
una y otra vez

se muere…

Un instante, espera un instante
un instante espera un instante

Quizá.


deprisa

Deprisa, siempre deprisa
parece que compites con la vida
¿por qué esa carrera al tiempo?

¿Por qué insistes en esos paralelismos 
entre las manecillas del reloj y tus orgasmos?

El reloj no es el que te penetra
y los segundos no son equivalentes a las caricias desnudas

no te vistas mirando al reloj
mejor vuelve a desnudarte como si no existiera el tiempo

No te marches en esa estúpida marcha a la rutina
deja de hacerme el amor 
con sabor a manecilla.

Deja de contener tus espamos
grita
suda
sube
baja
domina
rompe  el círculo vicioso entre uno y otro
entre uno y otro
entre
uno
y otro

Deprisa, 
no saben los besos así
el sexo se disuelve cuando lo apresuras
detente
que la vida se te vaya entre las piernas
conmigo o sin mi
pero contigo


...deja que calme tus tacones ansiosos
despojándolos de tus pies desnudos

Siéntate al lado de mi sombra
en este parque de cuerpo desierto,
en este césped con olor a sensualidad de ayer
donde exploré la poesía de tus velas apagadas.

No vayas deprisa,
siempre deprisa mujer,
se va a romper el columpio de tus caderas

Alto...
bajo
Alto..
bajo
y al detenerte 
no te detengas 

Ojos color ojos

ojos color melancolía
prohibida escena
en el escenario infinito
en la puerta cerrada por dentro.

ojos color mirada 
un secreto callado
en mil voces
y con la cadencia suspirable de dos latidos
en el silencio de un corazón sin aparatos.

ojos color poema inédito
en la inspiración de un dios sin iglesia
ese que no se equivoca
que duda de sí, sin errar
ese que trasciende tus formas blancas, escurridas
con los tonos carmín divino
con perfil de cáliz.

ojos color cristal de sueño roto
empañando el cristal
que impiden que siga azul el que tanto nos vigiló,
cuando eras mujer de antes,
esa que ahora es tanto
que según sería eterna, finalmente instantánea…

ojos color novela
una mirada y tres fugas
lectura en silencio

ojos color mentira doblegada
un silencio y tres instantes,
una jornada de cartas volteadas,
el destino de cabeza
y la mujer en pie
y lo que queda del hombre allí, enfrente.

ojos color azar
el as de oros
el as ha quedado en el pozo de las fichas
esas con que se juega la vida
y no se apuesta si se gana,
pues se pierde todo en esos ojos del color de la suerte
así, solo se apuesta a perder aunque se gane…

ojos color misterio
un cuerpo dormido
un futuro despierto
un el lecho prohibido por otro lecho impuesto
amigo del silencio, testigo mudo por convicción,
mirada del deseo muerto como aborto de la moral al nacer,
guardián de su propia muerte confeccionada por ese sueño

ojos color juicio
que con mirada de caleidoscopio miran la vida
y que con el alma de tirano juzgan la existencia
esos borran un instante
y dibujan un reloj que de tanta prisa se detiene

ojos color rosa de los vientos 
del mas allá
tan cercano
que incluso parece
lejano el aquí inmediato.

ojos color destino
nacidos en la balanza
en el equilibrio
del universo
ese que desequilibra el cosmos con el caos de una orden.

ojos color distancia vencida
que tarde pero a tiempo
guiaron al amante
a escupir los secretos
procurando teñirlos de una flor prohibida…
con la tenacidad de un silencio que se escucha

ojos color pasión
fuego de tinta estúpida
que derrumba ese camino de hojas, esa senda anciana…
sin descubrir nada
cubriendo entonces, profanando necesariamente al peregrino que escribe.

ojos color ausencia,
ojos de lejana censura…
… ley de la mujer
que ha roto el cristal

ojos color lamento
vida bien vivida
en otra vida
que en vida quiso ser vida

ojos color reloj de arena
un tiempo
amarrado a la 
prisa de los pasos sin zapatos
húmedos

ojos color soberbia
que se elevan al cielo
hasta casi tocarlo
y que en lo alto de la torre
arrojan al amor
sin que pueda detenerse
y lo detienen con sus palmas
aferradas
un instante antes de tocar el suelo.

ojos color arrecife 
en el fondo de un mar extraño
que levanta las aguas
hasta cubrir los cuerpos
que con solo esas espadas
que porta en lo que observa
y los pies descalzos
juntos
su huella avanza sin rastro, huyendo sin rostro.

ojos color escape
huída
candado en el sobre
de los nombres
prohibidos
sepulcro del poeta
muerte de un amor inmortal


ojos color exilio
último latido
del músculo traidor
último sonido
del reloj 
que camina para atrás

ojos color mirada
mirada
sonrisa
verdad
alma
temor
final
silencio
viento
fuego
agua

ojos color ojos...
...ojos color esos ojos. 


paraiso

Se muere tan bien aquí

… sin que llegue, antes que llueva

un momento sin muerte,
con la mirada llena de tus detalles

con los ojos clavados en tus paréntesis...


los sentidos confusos
el tacto tembloroso
y el gusto con ese toque de saciedad que suele gustarnos
por la tarde...

Se ama con tanta calma,
en los rincones de espuma roja,
en tus lienzos de trazos en contrapunto...

en el lugar de huellas de cuatro en cuatro
en este cielo intratable
en esos minutos sabor sudor

Se calla tan bien aquí
en este desierto de pecados nombrados por 
leyes sin pecado.

Se ama tan libre
librando la batalla por romper el silencio...

Se muere tan bien aquí,
que puede ser quizá,
después...

mientras tanto

Escape
huída
candado en el sobre,
parafina en los nombres,
sepulcro del poeta.

muerte del amor inmortal
 al dejar de ser inmoral

late por última vez esta lata de víscera
y cartílago de sangre
reventada por el compás de tu cintura

se tiene que reír de nuevo el reloj que camina para atrás

reposo
mirada
sonrisa
verdad
alma
temor

final en silencio
lo que nunca se dirá en el paraíso
como si fuera esa fuente húmeda sin una gota de agua,
en un instante y dos “mientras tanto”

nuestro último ruido, juntos, así.


visión

Quiero verte a los ojos
aunque tus muslos impidan que mi mirada cruce tu cintura.

Quiero beber tu sangre,
y limpiarme con el lienzo que ha secado
el sudor de tu lágrima roja,


paso a paso,
mujer de carne y carne.

Quiero romper la barrera de tus senos,
cubiertos por una moral con textura de encaje exagerado,
abalanzarme sobre la inútil resistencia de tus brazos,
delante de aquellas fotos de infancia...

Quiero hacer que grites que grite,
y quiero gritar,

romper la hipocresía de tu silencio de dama doblegada,

sufrir, sufrir en tu descenso, cuando caigas
de tu monte de sudor sin pudor...


...quiero detenerme en tu abismo,
en tus cabellos enredados al brazo perdido en tus latidos,
y quiero ser yo al final esa cobarde y miserable lágrima...

...quiero nublar la visión que has tenido en la cama color melancolía.


enciendo una vela

Enciendo una vela
para que en este oscuro lamento
pueda verse el calor de tu boca
que no pretende soplar al fuego.

A oscuras se ve a lo lejos el rojo cabello de mis ansias
y con el viento se va todo.

Ahora con los pies mojados de un río
que ha caído

¿calzamos ambos?

Si tocamos el cielo

¿tocamos ambos?

¿O es que lo secretos tienen solo pies descalzos?

Las manos a oscuras buscan tu rostro…
y lo demás.... lo demás lo encuentran, lo tocan
lo sudan, pero buscan tu rostro...

…enciendo una vela por estar ahí,
tan sólo estar en ese espejo mortal
de tus labios en el preciso momento de tocar mi sudor
que se confunde con el tuyo
que se confunde con el nuestro
labios tuyos, al fin y al cabo
que se tornan sudor nuestro al principio y al cabo...

Enciendo una vela
para no prender la luz y ser sorprendidos por el mundo.


psicología enorme de una pequeña soledad

Mi mente no puede calmarse

no es cuestión de confesar

sin embargo las ideas quieren traicionar
el sello de los nombres que sólo se mencionan mañana, cuando haya muerto.

El pensamiento se confunde,
pero no en ayeres inciertos,
esos los tiene muy claros...

no sirve el intento de ver cuadros en el papel blanco,
las ideas no tienen precio.

Mi mente no puede ser medida,
sólo se desordena al compás de la tuya
gritando ser una locura que no quiere ser curada.

Esto no se cura, no es locura
es tan solo miedo a la cordura…

Miedo de tocar la tierra
y no hallarte como en este cielo
pintado de un color azul infierno…

No se puede domar la mente que ha roto la cadena de las gráficas
y saltó al abismo sin ser empujada…

Si esta locura es pecado,
júzgame tú, domadora de mentes.

Pero si se trata de aquel sueño de antaño,
sella mi secreto con tus labios inconscientes…


tres formas de romper un hielo

Puedo violar el sello de tus labios
y robar un minuto de néctar
de tu suavidad lejana
oculta en el misterio de tu ropa blanca.

Puedo viajar de noche en tu noche
en tus suspiros
y robar la urna donde reposa el secreto de un dios no pedido.

Esa, tu urna,
oculta en la mirada tras el lecho de sábanas manchadas.

Debo estar siendo un poco menos yo,
y estar volviéndome un poco más tú,
así entonces, quizá no me separe jamás
de este bendito pecado…


encrucijada

No quiero mirar de frente,
el encuentro puede ser definitivo.

No camines en mis pasos,
si se cruzan con mis sandalias de sangre y nostalgia
nunca podrán caminar solos.

No escondas el amor,
ese sembrado sin sábanas y cosechado sin escrúpulos,
si el silencio vuelve a romperse
tendrás que hablar siempre de esta historia.

No lleves tus sueños en los ojos,
así, tan a flor de piel
si son vistos por mi pupila ansiosa
ya no veré nada que no sea tu interior de santas profanaciones.

Calla, no digas tu nombre,
no lo digas porque podría aprenderlo
y sería lo único por gritar en mis insomnios de derrotas.

No derrames tu sonrisa cuando caminas,
debes saber que si la interpreto
haré de tu cara un escudo de guerra, un nudo de historias falsas.

No hables en silencio, si te escucho nunca podré escapar…



Testamento sin tinta

Pronto gritaré el final de la historia,
antes de que muera ahogado el secreto.

Una nada basta para dejarte mis palabras,
las que el viento nunca quiso llevar consigo,
las mas estúpidamente honestas...

...que poco importa ya la importancia

...que poco estorba ya lo que estorbaba

...que poco ayuda ahora lo que podría ayudar

...sin embargo el tiempo espera.

Esta tinta derramada sobre un libro,
sobre aquel nombre de hoja en blanco
como si solo siempre fueras tú
en aquellos nosotros, los de papel y crayola.


insisto


Insisto en ser esa sombra de tus pasos
de la recámara a la barra.

Esos labios de la copa a mi vientre,
ese vientre de mi copa a tu sombra,
quiero sentir esas canciones de tu voz alterada,
esa luna de sonrisa opaca,
ese espejo de voces sonrientes.


Insisto, perdóname,
en ser la canción opaca
de la luna servida en una copa.

Insisto en el vino de tu sangre,
en ser el néctar magenta que recorre
los alaridos de los dos haciendo un solo cuerpo...


...una destrucción.


Un minuto ante el espejo de luna opaca.

Insisto en madurar tu cuerpo
al envolverlo en el periódico viejo de mis historias de infancia.

Con esa ansia infantil
luchar contigo en esa guerra de generaciones,
esas que se obligaron a sentir por sentir.

Insisto, disculpa de nuevo,

en tus caderas de leche de gotas blancas.

en tus alejadas canciones de cuna

en el arrullo de tus sábanas virtuosas color magenta violáceo.

Insisto en ser la sombra azul de tu mas rojo morado.


eres tan simple

 Eres tan simple
como el agua que bebí por soportar tus senos.

Somos una especie de animales que no saben llevar el celo,
como dos extraños cogiendo 
por falta de un mejor lugar para saciar el instinto, 
ese que se nos negó cuando renunciamos al simio.

Soy tan cualquiera
como aquella en la que te has vuelto cada noche,
en que muda, en tu llanto de melancólica estupidez,
intentas hilar uno de mis pasados 
con el futuro que hemos olvidado, ayer.

Eres tan simple como el viento que tragué
cuando negaste tu aliento.

Y así, has negado el placer.

Ese que ayer te dejó tendida entre ramos de rosas amarillas
sepultando tu cuerpo de una sencilla timidez.

Somos simplemente cualquiera
y cualquiera que hemos sido es sencillamente nosotros.

Eres tan simple,
entre las simples corrientes de tu vientre abierto
enterrando la sencilla unión obligada en los sacramentos
de tu vida ensimismada.

como agua caliente


En tu brisa de cabellos de un desorden conmovido
por la lentitud de mis fracasos,
en esa osadía por llevarte al cielo,
ese que sólo tu conoces,
egoísta y ladrón de un paraíso fingido.

En los lentos y lejanos sabores de tus labios,
estando así en un profundo color marrón,
saliendo por el carmín de tus suspiros ocultos,
entre sábanas de menta,
despojando esas ropas de tela barata,
descubriendo la tela fina de esa desnudez anunciada.

En tus cabellos de una brisa conmovedora y desordenada,
enredando la mente,
esa que no es la meta de las sábanas...

Estando dentro de esas risas interrumpidas por la lenta
agonía de tus gritos,
esos que sucumben en el deseo de un mas allá...

Allá no hay nada,

aquí estamos los dos.


tu prostituta elegía

En tus flores de oriente,
en este paraíso con código de barras
ese oro que brilla con monedas de cobre,
tu tapiz negro a precio de blanco.

Esa vela tuya
que apagada es esa manía de dormir solo,
de solo dormir por esas dos bocas empapadas de una, 
la nunca besada.

Niña silenciada por el lastre de un alma robada.

Y cuando me robo tu mano sin argolla
en el momento preciso de lamer tu maldita existencia
con el árbol revelado tanto tiempo atrás.

Lejos,
lejos de la censura de tu baile clandestino
rígeme,
con tu ley de mujer
rígeme,
rompiendo el cristal de la vida bien vivida,
vivida en otra vida que quiso ser vida.

Me sorbo tu tiempo amarrado
con esa prisa de zapatos húmedos y sin zapatos.

Elévate al cielo
a tu nube negada,
toca el cielo mientras caigo de la torre.

El cielo cubre tu cuerpo de un rostro sin rastro.






muñeca inmóvil

Quédate en esa espalda,
no des una mirada equivocada.

Estampa esas marcas de uñas 
del salvaje crujir de tu montura
en el oleaje de la cama desordenada
por tu carrera contra el tiempo,
de esas palabras de suciedad oligarca
adornando tu boca que recuerda el sitio 
en que quedó un poco de saliva.

Trago de un solo sorbo la sábana
aunque no dejará de hablar esa historia instantánea,
esa en que recorrimos nuestros cuerpos,
sudados por el tiempo,
extasiados por una calma de besos impares,
de caricias multiformes.

Esas caricias están a un lado de tu espalda,
maldiciendo el polvo de un par de almohadas viejas
desplumándose en la guerra de cuerpos
con armas blancas y rojas.

Déjame dejarte aquí
y quédate como quedamos.

Ceguera e idiotez

Me quedo hecho un idiota si la miro tanto.

A veces por eso cierro los ojos,
para verla de otro modo
robando al oscuro de mis ojos cerrados 
la luz de los suyos
y la veo de todos modos.

Intento no verla tanto para inventarla
y luego al abrir los ojos
y verla como si fuera la primera vez.

No hay manera de que mis ojos olviden como es usted,
cómo la veo y de pronto no la veo
en ese juego de mirarla otra vez.

Cuando cierre los ojos otra vez,
sé que la buscaré
allá en donde usted me dijo que los sueños se hacen ciertos
y donde su mirada que dure para siempre
y que el siempre duré un poco más a cada oscuridad
en lo que queda de mis noches
oscureciendo con su luz a la noche y a sus misterios. 

Nunca su mirada fue tan fija 
como en aquella noche que quedé hecho un idiota.



relatividad

Hoy he pensado, entre otras cosas, en lo poco que dura el tiempo,
a veces sus abrazos
duran mas que un segundo que dura mas que su abrazo,
y entonces:
instante deber ser el espacio entre un abrazo con ropa 
y uno con sudor y piel...

No sé si las horas entonces sean la duración de su cuerpo destilando sal y saliva.

A veces creo que el reloj 
lo hicieron los que no saben del tiempo.

Cada vez que penetro su carne, el tiempo desaparece,
me derramo en usted y los segundos no pueden vencerla,
no hay modo...

El reloj se encela de que tus piernas suban y bajen ignorándolo.

El único reloj es el que marca tu pierna izquierda detrás de mi mano derecha
entre tu cuerpo sudado y mi cuerpo exhausto,

O ¿será que nosotros hemos hecho un tiempo nuevo?

No sé si el tiempo tenga fin,
pero su cuerpo, doy fe, no lo tiene.

Sus senos de un color tornasudado
han decidido hacer presas ambas manos
ambas, nuestras manos...
y mis muslos sin permiso infringen la tensión de  los tuyos...

...como amo ese momento en que amo cuerpo a cuerpo
en una batalla que tu ganas y dejas que yo pierda
y al final, se pospone el duelo para otra noche.

A la cita, puntual,
tu desnudez,
la sábana pérdida,

ese instante en que los libros borran todo lo escrito
para redactar lo que ven sus lomos:
Mi lomo que te asfixia
y tus piernas que ahorcan mis labios
mientras bebo el interior de tu vientre
a puñaladas de lengua
y mi saliva se confunde con mi semen
mas adelante
y tu oasis cae sobre mi desierto
y entonces
llegas a ese lugar que solo tú conoces
y me lo platicas con esas punzadas
que tratan de matar mi sexo
y luego un silencio marcado por la cascada
de tu líquido
y los libros prosiguen
que la sábana se esconde pudorosa.
Tercer acto:
Los labios se cierran,
los de tu boca y los de tu vagina
y nuestro aliento agonizando
espera en silencio que nuestros cuerpos
se reten a muerte mas tarde...




nota al pie de cama


Usted se sabe quemar por dentro sin prender la sábana.

Que bien enciende la fogata entre sus piernas
y me da sueños de fuego mientras estoy despierto.

Su cuerpo es el péndulo perfecto
y yo,
ante su vaivén,
soy solo un punto de referencia...

y arde
y ardo
y va y viene
y nada mejor que venirse en su lumbre
y sentir como su fuego es el que extingue mi agua...

...y es que sabe usted quemarse tan bien allí dentro.

Quisiera que le prendiera lumbre a la sábana
y a mi también
para poder acompañarle en su delirio...

ese en que su sombra me sedujo
y tuve que hacerle el amor

Estaba celosa de mi cuerpo dentro del suyo
y entonces me desnudó
y paso a paso fueron nuestras sombras
entregándose,
dejando de ser sombras por un instante
se dejaron llevar por esas cosas que solo son del cuerpo
y fueron cuerpo.

Ni la luz de sus gritos
pudo esta vez desvanecerlas.

usted
yo
y un buen disco de jazz,
en penitencia,
en plenitud
a un orgasmo de encontrar un objeto volador no identificado.

Míreme una vez mas,
para de plano renunciar a todo
y alcanzarla en su nube de fantasía,
recoger mi boleto de ida
nada más el de ida
para irme siguiendo esos senos. 

No tiraré migajas,
no quiero regresar
aunque el fugarme con usted sea fugarme de mi mismo.

La distancia mas cercana entre dos puntos
son las curvas de su cuerpo

Allá,
se mide entre su espalda y sus senos

Raro, pero sencillo. 
No cabe duda que los matemáticos,
Intelecutaloides
esos asalariados de la perfección
nunca le vieron andar desnuda por la recámara...

Mañana,
es solo una referencia de que hoy estamos juntos

Y, aquí
es un punto definido por el abrazo de nuestros cuerpos
haciendo el amor ruidosamente entre las hojas del calendario
que se agitan inagotablemente cediendo el paso a nuestro tiempo.

No sé si exista un día después de este en que nos vulneramos,

Antes, doy fe,
antes existe,
porque hicimos el amor ayer.

Con frecuencia cuestionamos el tiempo mujer.

Pero “antes” es el momento justo en que mis manos están por tocarla,
recorrerla,
repasar sus detalles.

En este momento,
entre su talle y sus labios,
existe quizá ese otro día al que llaman mañana..

...no lo sé, quiero averiguarlo con usted...


Andrés Castuera-Micher